
Aunque suene loco en pocas horas un baño se puede convertir en un cementerio de peces o en una sala de parto, afortunadamente no en mi casa.
Al mediodía y con la consigna de llegar rápido, tuve que ir desde el diario al Hospital San Roque de Gonnet. Allí una mujer que aguardaba ser atendida por la guardia médica no aguantó más y dio a luz a su bebé en el baño de la sala de espera. La pobrecita tiene 16 años, es boliviana y como vive a casi 40 Km de donde vino a parir, había tenido que subir a un micro, apretar con sus manos la panza para retener al niño, morder sus labios y luego escuchar que la gente de guardapolvo blanco le dijera: -"No hay camas, esperá que atendamos a otra paciente y te revisamos".
La niña, empujada por un conocimiento ancestral, supo que la dulce espera había terminado. Se apartó de la habitación donde había decenas de personas esperando y fue al único lugar en el que podía encontrar algo de intimidad. En el baño, se puso en cuclillas y parió.
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