domingo, 5 de abril de 2009

despedida sin lágrimas


Se fue Alfonsín, muchísimos argentinos desfilaron ante sus restos, otros recordaron desde los programas de televisión lo más sobresaliente de su mandato, eso es haberse constituído como el padre de la democracia, o como prefiero decir yo, el padre del regreso a la democracia. Con su muerte llegó el tiempo de la oratoria de amigos y adversarios, todos ensalsaron sus cualidades, y esquivaron el verdadero homenaje que es rendir tributo a las ideas, seguirlas, no empalabrar momentos de duelo para hacerse ver.
Honro al ex presidente que tuvo las agallas de sentar en el banquillo de los acusados a las cúpulas militares que violaron los derechos humanos de la manera más aberrante. Honro al conciliador y al que supo dar un paso al costado y dejar el mando unos meses antes para no quebrantar la paz social. Honro a quien murió en la misma condición económica que antes de acceder al poder. Lo despido sin lágrimas porque cumplió su ciclo, un ciclo que nos trajo verdad a los argentinos y con eso la posibilidad de caminar un camino certero.