lunes, 4 de enero de 2010

Luján de la tierra al cielo

Cuando estaba embarazada de Magui tuve que cubrir la nota de la culminación de la cruz de la basílica de Luján en Astilleros Río Santiago, los orfebres habían hecho una réplica exacta de la que se desplomó años antes. La que tuve ante mi era más que una mole de metal, que un símbolo. Yo la acaricié y con todo mi corazón deseé que mi beba naciera bien, sana, era tocar un emblema que luego sería inalcanzable, que estaría en el centro de las miradas, pero en las alturas, cerca del cielo.

Me emocionó ver la cruz en la cúspide y recordar el extraño privilegio, el que para mi fue un un mensaje de fé o quizás un milagro.