viernes, 12 de febrero de 2010

Chile

Crecí teniendo bastante antipatía hacia Chile por su política de expansión, seguí de cerca todo lo referido al canal de Beagle y la solución del diferendo. Me espanté cuando alguna información apuntaba que en muchas escuelas de ese país se enseñaba a los niños que nuestra Antártida era de ellos. Mis sentimientos se volvieron tan sinuosos como el camino de caracoles que ves en la foto de arriba. Sin embargo, una tarde mis palabras desnudaron un pensamiento muy loco: ¿y si vamos a Chile con el auto, si cruzamos Los Andes?.
En un abrir y cerrar de ojos, estábamos en el auto, explorando. Traté de borrar el disco rígido, no escuché a los que me dijeron -En Chile odian a los argentinos.
Imposible no resultar impactado por el paisaje que no sabe de límites. Colosos de piedra que te hacen sentir mínimo, que paradójicamente te encierran, te acunan, te marean.
A poco de salir del túnel y de los precipicios más abismales, la mano del hombre está en el cultivado dibujo de las laderas. Todo aprovechado. Hasta las nubes cargan el color de las uvas.
Ellos, trabajadores, solícitos, un poco lentos, muy educados. Como todos, algunos :( y muchos :))).
Ojo! No sé si los incas lo supieran, pero ésto es argentino. Así lo quise, en la edición de las fotos sin separaciones, sin límites.


No hay comentarios: